2 de agosto de 2025

Capitulación

Aliada con tu silencio,
mi lengua calzó cadenas a las palabras
que, reverentes,
se precipitaron al arca de la nada.

Internamente,
algo insondable gritaba:
“Ve hacia él.
Que sea tu música quien abra
su ausencia de agua.”
La voluntad,
columna pétrea.
Bajo los pies,
veredas alucinadas.
En el corazón,
una mano muda
derramó satén y escarcha.

¡Qué orgullo omnipotente!
¡Qué lasitud impregnando mis alas!
¡Qué perturbado propósito!
¡Qué pobreza, mis venas quemadas!

El martillo del hastío
-materia desangelada-
clavó el desarraigo,
en la falla de mi garganta.

©Trini Reina

No hay comentarios:

Publicar un comentario