Autor de la pintura: Paul Delvaux
Buenas tardes tristeza. Dime: ¿No tenías otras almas que visitar hoy? ¿Sólo te restaba plantar tus pezuñas en la mía? ¿A qué has venido? ¿Por qué así de tapada, con ese lóbrego pañuelo ocultando tu boca? Si de sobra conozco la dimensión de tus colmillos. ¿A qué te encubres, quizá pensaste tomarme desprevenida? ¡Qué error! Si, durante todo el día te he estado barruntando… ¿Qué pretendes con tu insidia, causarme así más daño con tu mordida y tardar una eternidad en soltar tu bocado?...
Buenas tardes tristeza. Yo te saludo con una acidulada sonrisa aflorando a mis labios. Como si fueses una impertinente camarada a la que no tenemos más remedio que abrirles nuestras puertas e invitarla a pasar…Mas, quiero que sepas, que a ti voy a enfrentarme con arrojo. No podrás destruir mi fachada, por mucha sombra que sobre ella irradies. Y a mi espíritu, de este acoso protegeré, aliándome con la esperanza.
¿Qué dices ahora, tristeza? ¿Cruzamos las armas?...
©Trini Reina
25 de junio de 2006
No hay comentarios:
Publicar un comentario